El día que MEDIA-MARKT intentó matarme (basado en hechos reales)

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.....Los trágicos sucesos ocurrieron esta misma mañana, cuando me disponía a recogé a mi gata der Bingo. Como tó los días, desayuné tostadas con potaje de garbansos der día anterió, me dí una dusha de agua caliente, me vestí y me coloqué la peluca, las uñas postizas y la careta de Doraemon. Estaba preparao pa irme, asín que apagué las luses y cerré la puerta. Próximo objetivo: er Bingo de mi ciudá.-No soy yo persona de cogé er ascensó (de hesho no soy ni una persona, si nos ponemos tiquismiquis), por lo que desidí bajá por las escaleras. Vivo en un piso 22, asín que normarmente salgo de mi casa con 2 ó 3 horitas de antelasión pa llegá a la calle puntuá. Por otro lao, me gusta bajá e ir saludando a mis queridos vesinos por er camino (menos a la muda der 5º piso, que con esa yo ni me hablo desde que dejó de saludarme). Hasta aquí tó perfesto.

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Ahora bien, estaba yo asercándome ar patio cuando, de repente, ¡Cataplof! Fuí a poné er pie sobre un catalogo der MediaMarkt que reposaba en er suelo. Parese mentira que un troso de papé sea tan increíblemente deslisante, por mi mare de mi arma; vamos, que estoy por presentarlo como arternativa a los coshes de gasolina, de cara ar futuro.

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Lo que os contaba, no sé si recorrí 5 ó 6 metros o más, lo único que recuerdo es que me dió tiempo de poné er reloj en hora y de escribí un mensaje de móvil a mi cuñao por er camino. Exagerao.

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Yo ya me veía estampao contra er portón y con la cara en 2 dimensiones cuando, de súbito, un vesino que llegaba de la calle abrió y se sorprendió ar verme deslisándome hacia él. No está de más desir que este individuo era y es un musculitos, uno de esos tipos que selebran er viaje de novios en er gimnasio; vamos, un tio tan cashas e hinchao que incluso dospués de muerto flota en er agua. En definitiva, er Schwarzenegger de mi bloque, pa que nos entendamos. Er caso es que justo abrió cuando yo entraba en la zona crítica der patio. Estiró su braso, que más que un braso era la cintura de Falete, y me detuvo en seco... a escasos centímetros der enorme y grueso portón de madera...

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Respiré hondo y, como buenamente pude, intenté pareser mu entero y varonil, impertérrito, pero tó er tinglao se me vino abajo cuando persibí (y er Schwarzenegger también) que con er sofocón me había meao in the pantalones. Pacharme.

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Mi vesino no quiso ni mirarme a la cara. Se marshó pálido, con los ojos tan abiertos que se le veían partes der serebro por los bordes. Creo recordá que no le dí ni las grasias.

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Lo úrtimo que hise en aquel dishoso patio fue dirigí mi mirada ar buzón, tó rabioso porque sabía lo que me iba a encontrá. ¿No os ocurre que la publisidá der MediaMarkt es, por norma generá, la más abundante en los buzones? Pos en mi caso hasta rebosaba. Estaba por tós laos: sobre los escalones, bajo los bidones de basura, por er suelo desperdigaos... Vamos, no sé cuántos bosques habrán tenío que talá pa generá tantísima cantidá de papé, pero empieso a sospeshá que fueron los de MediaMarkt los que invadieron er planeta de Avatar.

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En estos momentos, pasadas ya unas horas der accidente y un pokémon más tranquilusho, solo puedo desir 3 cosas a modo de conclusión:

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1. He vuerto a nacer.

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2. A mi gata la va a ir a recogé un guardia.

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y 3. Yo no soy tonto, lo que soy es subnormal.

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